En su ensayo sobre el nihilismo Dostoievski en Manhattan, André Glucksmann cita a Flaubert, quien expresó en una carta enviada a la poeta Louis Colet su opinión de que “todo está permitido salvo hacer sufrir a los demás. Ésta es mi moral”. Glucksmann, con la mira puesta en la desaprensiva Madame Bovary, dice que un nihilista es aquel a quien no le preocupa hacerle daño a los demás.
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