La empresa española Megalab ha zaherido estos días la sensibilidad de asociaciones y familiares de personas con el síndrome de Down (por no hablar, claro, de las personas que tienen este síndrome, por lo general ricos en sensibilidad). La polémica comenzó con un cartel con el que dicha empresa promocionaba durante un congreso médico las bondades de una prueba genética a la que han venido a llamar Tranquility. Nada que objetar… si no fuera porque dicho cartel estaba ilustrado con la imagen de una niña de corta edad con trisomía del 21;
↧